De emprendedores e inversores
Al analizar la reforma laboral de Rajoy, el director general de una multinacional de selección de profesionales comentaba lo pernicioso que podía resultar un apoyo excesivo a los emprendedores. “Muchas iniciativas –afirmaba- son muy parecidas y se anulan unas a otras. En estos casos, lo mejor sería trabajar en equipo con un objetivo común”.
No le faltaba razón, pero ese no es el único problema. Quizá el más importante sea saber qué se entiende por emprendedor y cuál es su alcance.
Si nos atenemos a lo que dicen los medios, un emprendedor es un joven que opera, casi siempre, en el ámbito de las nuevas tecnologías, que busca un éxito rápido y que, casi siempre, acaba vendiendo la empresa. Una vez conseguido este objetivo, pasará a la categoría de inversor, preferentemente de business angel. Esta nueva posición, su tarea será analizar las propuestas de jóvenes emprendedores –como él lo fue- que, en quince minutos, le explicarán su plan de negocio. Si éste les convence, entrará como accionistas inversor con la esperanza de vender, cuanto antes y a buen precio, su participación.
Retrato o caricatura, el glamour mediático confunde y, lo que es peor, deja en el olvido a muchos emprendedores de verdad que luchan hasta el final por una idea y que jamás tirarán la toalla. Casi todas las empresas que hoy lo son nunca fueron abandonadas por sus creadores. Qué hubiera sido de Google, Facebook o Zara si las hubieran vendido a la primera de cambio.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.163