Comisionistas y especuladores
Hace ya muchos años compré un terreno en un pueblo muy conocido de Segovia. Era un terreno calificado como urbano en el que se podían construir varias casas, aunque mi intención era hacer una sola para mi disfrute.
Uno o dos años después de la compra, el ayuntamiento, gobernado por el PSOE, decidió hacer un Plan Parcial en el municipio en el que mi terreno, Urbano, fue recalificado a Rústico. Puse las consiguientes alegaciones y finalmente inicié un contencioso administrativo al que renuncié con los años porque era una auténtica sangría económica.
Antes de todo este proceso hable con el arquitecto de la empresa consultora contratada para redefinir el urbanismo del pueblo y me dijo que yo “había comprado ese terreno para especular y que me había salido mal la operación”. Le contesté que lo había comprado “para lo que me saliera de las pelotas” y que con su Plan estaban generando inseguridad jurídica en el municipio. En el ínterin, pagué durante muchos años los IBIs correspondientes a un terreno urbano. Actualmente la calificación del terreno sigue siendo de Rustico con una valoración diez veces inferior a lo que me costo hace más de 30 años. Una curiosa manera de especular.
Todo esto viene a cuento de ese manejo demonizante, equívoco y, a menudo, malicioso de términos como “comisionista”, “especulador” o “ganancia”… que se hace en los medios, especialmente en radio y TV.
Comisionistas y especuladores existen desde que existe la humanidad y son palanca de su progreso. Gente que recibía un pago por sus servicios o que invertía parte de su patrimonio para generar riqueza, propia y ajena.
Son comisionistas los comerciales, intermediarios y distribuidores y sin ellos la economía no funcionaría. En cuanto a los especuladores, cualquier inversor lo es, ya que compra algo para venderlo con algún beneficio, siempre con el riesgo de tener pérdidas.
Muchos emprendedores son especuladores, ya que su objetivo es vender la empresa, normalmente una startup, para dar un “pelotazo”, algo que no sólo es lícito sino también bueno para la sociedad ya que sigue creando riqueza. Los mercados de valores y los fondos de inversión serían el sumun de la especulación.
En cuanto a las ganancias, no deja de sorprenderme que los medios de comunicación confundan habitualmente las ventas de una empresa con sus beneficios. Tener perdidas con ventas millonarias es habitual en tiempos de crisis. Para estos medios, esas ventas a pérdida serían ganancias. Del mismo modo, y nos afecta a todos, no es lo mismo el sueldo que el dinero que realmente se gana. Hay que descontar del sueldo todos los impuestos directos e indirectos, incluido el IVA que grava todos nuestros consumos, para saber cuanto ganamos realmente, que tampoco es beneficio, ya que parte de ese dinero se empleará para subsistir, destinando, si se puede, una parte, el beneficio, al ahorro o la inversión.
Lo más preocupante es que el uso torticero de estos conceptos tiene una inspiración ideológica sectaria como la del hijo de p… del arquitecto que me dijo que yo quería especular.
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