El avión pasmado

Mis ojos fuero una y otra vez de la carretera al avión y viceversa y el aeroplano ahí seguía, inmóvil, como suspendido en el tiempo. En mi desconcierto,  pensé que podría tratarse de una serie de aviones aterrizando por el mismo pasillo aéreo, uno detrás de otro… pero descarté la idea porque se trataba de segundos y los aterrizajes no van tan seguidos. Miré una y otra vez, yo avanzaba por la carretera, y el avión ahí seguía, sin encontrar una explicación convincente.

Pensé en la tripulación y los pasajeros, con la pista a unos metros, viendo que el avión no avanzaba. Imaginé su desconcierto y nerviosismo que se convertiría en miedo en pocos segundos. 

¿Qué estarían haciendo los pasajeros de ventanilla al ver que el paisaje terrestre seguía inmóvil? Vi en mi mente su agitación y pánico. Seguí alternado la mirada entre el avión y la carretera  y el avión ahí seguía por mucho que yo avanzara, como si mi coche fuera trazando una circunferencia y él marcara su centro.  

En el lateral comenzaron a aparecer unos edificios que de vez en cuando me tapaban la imagen que me venía obsesionando, hasta que me ocultaron por completo el avión. Seguí adelante. Durante casi  cuatrocientos kilómetros no deje de pensar en el avión mientras escuchaba las noticias en la radio, por si se informaba de algún extraño suceso. Eso si, sin dejar de mirar la carretera.