Éstas son las conclusiones de la mesa "El perfil del directivo español: fortalezas y debilidades" celebrada dentro de la jornada “Empleo, solo empleo”.
La falta de comunicación formal y frecuente y trabajar el liderazgo, dejar de ser jefe para convertirse en líder, así como el desconocimiento de otros idiomas son las principales debilidades de los directivos españoles, según Noelia de Lucas, directora comercial de Hays. En España hablamos mucho pero comunicamos de una forma formal y frecuente, poco. Sin embargo, nuestros directivos destacan por su excelente formación y experiencia, han sabido adaptarse a las nuevas situaciones del mercado y cada día son más internacionales.
Noelia de Lucas ha participado recientemente en la mesa "El perfil del directivo español: fortalezas y debilidades", dentro de la jornada “Empleo, solo empleo”, organizada por el Foro ADEA - Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón- con la colaboración del departamento de Economía y Empleo del Gobierno de Aragón.
De Lucas ha destacado el gran desequilibro existente entre hombre y mujeres “el 78 por ciento de los directivos son hombres, estamos estancados en esta media desde el 2009”. No obstante, el 52% de los licenciados son mujeres, lo que no impide que una tercera parte de las empresas de más de 100 empleados no tenga ninguna directiva. “De esta manera –ha indicado- una parte importante de las empresas españolas no se está beneficiando de las competencias que ofrece el perfil de dirección femenino”.
Tras afirmar que el perfil directivo más solicitado en España es el de director comercial, Noelia de Lucas ha hablado de las debilidades de los directivos españoles. “La calidad y frecuencia en la comunicación, tanto interna como externa, es baja. Además, utilizamos en exceso un lenguaje negativo”. Tampoco sabemos manejar “el sentido de la influencia en la empresa y la energía con la que transmitimos”. Otra de las grandes debilidades es “la gestión del tiempo, que perjudica a terceros”. De Lucas ha insistido en que un buen directivo debe ser también un líder “que también sepa preguntar y practique la escucha activa”, mientras que una de las grandes carencias es “el dominio de otros idiomas, esto sigue siendo nuestra mayor debilidad”.
En “haber”, de Lucas ha puesto en valor la formación y la experiencia de nuestros directivos, su capacidad de adaptación a situaciones difíciles, su apuesta por la internacionalización, por la reorganización y por la modernización y profesionalización de las empresas y, finalmente, por su mejor disposición a viajar y residir en otros países.
Para Noelia de Lucas, un directivo del siglo XXI debe apostar por la innovación, retomar, al menos a medio plazo, el pensamiento estratégico, desarrollar su habilidades digitales y ser activo en su perfil público, implementar culturas de transparencia y meritocracia, comunicar, transmitir y sentir el proyecto, trabajar su liderazgo y el de sus equipos, practicar la escucha activa, saber gestionar el relevo generacional, tener una cultura de mejora continua y manejar más de un idioma.
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